Doña Emilia Pardo Bazán: una feminista
Manuel Ramiro Hernández

Palabras clave: Emilia Pardo Bazán, feminista


Emilia Pardo Bazán fue una escritora absolutamente disruptiva y revolucionaria para su época. Nació en Galicia en 1851, en el seno de una familia pudiente y culta. Desde muy pequeña fue procurada por su padre, quien fomentó sus estudios y lecturas, gracias a ello, pronto se convirtió en una adolescente culta que empezó a escribir y a expresarse con gran facilidad.

Emilia se casó muy joven, a los dieciséis años, con un estudiante de Derecho de diecinueve, también estudioso, lector y de familia acaudalada. Tuvieron tres hijos y después de unos años de unión matrimonial decidieron separarse de manera muy pacífica. Él siempre admiró el trabajo de su exesposa y se preocupó por su bienestar. Emilia completó su formación gracias a la participación de diversos instructores privados, toda vez que en las escuelas femeninas no podían obtener el tipo de formación que ella y su padre buscaban. Pronto empezó a publicar. Primero, en un periódico local publicaba crónicas sobre sus viajes con su marido y algunas veces con su padre; en 1876 publicó un ensayo sobre un intelectual local y en 1879 escribió su primera novela Pascual López, autobiografía de un estudiante de medicina. Así continuó con su extensa obra que abarca todos los géneros. Tuvo un enorme éxito como escritora, periodista, tertuliana y conferencista, lo que le permitía (independientemente de su buena condición económica heredada) vivir de su trabajo, algo muy poco frecuente entre los escritores de su época.

Su obra es muy vasta y diversa. Los pazos de Ulloa y su continuación, Madre naturaleza, son consideradas sus más destacadas novelas, pero muchas otras son excelentes. La sirena negra (1908) me parece una obra muy elaborada, que presenta a un personaje muy complejo al tiempo que describe situaciones sociales, geográficas y paisajísticas de Galicia.

 

Ilustración Jeremy Monroy

 

Debido a que pertenece a la corriente naturalista, sus obras son muy detalladas. Mientras que aborda con amplitud, profundidad y precisión a sus personajes, también describe diversas situaciones. Una de ellas está relacionada con la medicina, las enfermedades y los enfermos, en especial se refiere a la tuberculosis y a la diabetes, a la cual llama una enfermedad nueva. La depresión y la angustia están presentes en muchos de sus personajes. En su obra, la neurosis, la angustia y la histeria aparecen como enfermedades de las mujeres. Sin embargo, sus personajes tanto femeninos como masculinos sufren depresión. En sus historias se adivina el origen inicial de un sistema de asistencia médica, aunque sólo en las clases sociales y económicas elevadas. Existen varios libros respecto a este tema y uno magnífico es el de Asunción Domenech.

Destaco dos de sus obras entre aquellas que tienen un matiz absolutamente feminista, que difunden conductas y actitudes absolutamente inusitadas para su época. En Insolación (1889) plantea la posibilidad y la justificación de que una mujer desee a un hombre y tenga relaciones sexuales con él, sin necesidad de albergar sentimientos amorosos ni planes matrimoniales. Fue un bombazo que le valió la crítica de algunos seguidores y admiradores, como Clarín.

En su extraordinario cuento El encaje roto, doña Emilia imprime su feminismo más profundo, sumamente avanzado para su época, en la búsqueda de la igualdad de la mujer y su liberación de la égida masculina. Escrito en tercera persona, una amiga de una mujer, el personaje principal, narra que ésta iba a contraer matrimonio con un destacado miembro de una poderosa familia de la comunidad, mientras que ella pertenecía a otra familia igual. La narradora no pudo asistir a la boda, pero se enteró de que la novia, ya en el altar, no aceptó casarse. Cuenta que fue un gran escándalo, un suceso ampliamente comentado. La narradora no había visto a su amiga, hasta que coincidieron en un balneario y le preguntó por qué rechazó a su novio. Su amiga le relató que poco antes de partir hacia la iglesia, su futura suegra le pidió que en la ceremonia nupcial usara un chal que su madre había portado en su boda. La novia aceptó, pero mientras se lo ponía se rompió (seguramente por viejo). La futura suegra no le dio importancia y colocó un trozo del encaje del chal sobre el hombro de la novia, pero ella observó la profunda expresión de rabia en su futuro esposo. Por ello, camino al altar decidió no casarse con un hombre iracundo y probablemente violento. Aunque está escrito en 1897, señala la importancia y la responsabilidad de las mujeres en detectar, evitar y nunca tolerar las agresiones de la pareja. Las adolescentes y jóvenes de hoy deben leerlo para evitar los malos tratos desde el noviazgo.

Emilia Pardo Bazán fue una promotora de la participación de las mujeres en actividades culturales. Su ingreso a la Real Academia de la Lengua Española fue rechazado tres veces, seguramente por su condición de mujer revolucionaria, inquieta, innovadora y disruptiva, pero el tiempo se ha encargado de demostrar que todos los académicos que votaron en contra se equivocaron. Fue la primera mujer en ser admitida en el Ateneo Español y llegó a presidirlo. Una vez dentro, se dedicó a promover el ingreso de muchas mujeres. Fue ministra de Cultura durante un breve lapso. Siempre encontraba el tiempo para diversificar sus actividades, y nunca dejó de escribir.

Emilia Pardo fue muy criticada por su vida personal. Una vez que se divorció, y sobre todo cuando falleció su exmarido, sostuvo sin recato muchos amoríos. El más sonado fue su largo romance con Benito Pérez Galdós, que pasó de ser una admiración profesional mutua a una larga relación que duró más de 20 años. Las Cartas a Galdós son una muestra de ello y al parecer, también existen cartas escritas por Galdós a doña Emilia, pero no se han publicado ya que los herederos de don Benito no lo han permitido. Algún día se publicarán. Las relaciones, los viajes, las participaciones académicas, políticas y sobre todo literarias de Emilia confirman que tenía tiempo para todo. Falleció en 1921 a los 69 años de edad, víctima de las complicaciones de su diabetes.

Sugerencia de citación:

Hernández, R. (2023). Doña Emilia Pardo Bazán: una feminista. Medicina y Cultura, 1(2), mc23a-25.

https://doi.org/10.22201/fm.medicinaycultura.2023.1.2.25

 

Manuel Ramiro H.

Es médico graduado de la Facultad de Medicina de la UNAM, miembro de la generación 1963-1968. Realizó la especialización en Medicina Interna en el Centro Hospitalario “20 de Noviembre” del ISSSTE, trabajó en el Hospital “1° de Octubre” también del ISSSTE, donde fue médico adscrito, jefe de servicio, subdirector médico y director. Después estuvo un breve tiempo en la Secretaría de Salud, fue director de la Clínica Londres y trabajó en la Coordinación de Educación en Salud del IMSS. Ha sido profesor de diversas escuelas y facultades de medicina desde hace más de 40 años. Es editor de diferentes revistas médicas desde hace más de 30 años. Ha publicado varios artículos en diversas revistas nacionales e internacionales. Es editor de un libro de su especialidad.

Lecturas recomendadas

Domenech, A. (2000). Medicina y enfermedad en las novelas de Emilia Pardo Bazán. Centro Francisco Tomás y Valiente. UNED Alzira.

Fernández, C. (2001). Emilia Pardo Bazán. Vidas literarias. Ediciones Omega.

Pardo, E. (2005). Cartas a Galdós. Ediciones Turner.

Pardo, E. (1902). El encaje roto (1897). Obras completas, Tomo XVI. Estudios tipográficos Idamor Moreno. 253-260.

Pardo, E. (1902). “Insolación” (1889) y “Morriña” (Dos historias amorosas). En Obras completas, Tomo XVI. Estudios tipográficos Idamor Moreno. 7-186.

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