Con el interés de proporcionar elementos para una formación holística a los y las médicas residentes, inscritos en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de nuestra Universidad, pensamos en editar una Revista de divulgación que integrara la medicina y la cultura en general.

El sentido humanista es fundamental para quien ejerce o ejercerá la medicina.

Cuando entrevisto a médicas o médicos que van a ingresar a una residencia médica, o incluso al servicio social, no les pregunto acerca de la fisiología del sistema cardiovascular, o el ciclo de Krebs y menos de los avances de la genética humana. La pregunta es más sencilla: ¿cuál libro que hayas leído ha cambiado tu modo de percibir o sentir algún aspecto de la existencia?, ¿qué sentimientos te ha provocado?, para que lo consideres trascendental en tu vida… generalmente hay suspenso antes de la respuesta. Entiendo las distancias generacionales, si alguien me dice que le gusta leer Manga japonesa¹ a lo mejor también cultiva el dibujo porque vive en este nuevo mundo lleno de información acelerada. Pero si les pregunto directamente, si han leído a Tolstoi, Dostoievski, Chejov, Balzac, Baudelaire, Flaubert, Wilde, Beauvoir, Wolf, Hesse, Pamuk, Castellanos, Paz, Gorostiza, Yourcenar, Mishima o más recientemente a Munro, Ishiguro, Murakami… encuentro fascinante que alguna o alguno de ellos me responda con entusiasmo que Dostoievski ya narró la historia de los seres humanos o que Hesse es difícil de entender, pero increíblemente adictivo, o que han considerado a Murakami para un Nobel; que Oscar Wilde con la Balada de la cárcel de Reading, lo o la dejó devastada; así podemos entusiasmarnos al hablar de redactar un manuscrito de las enfermedades y los escritores, tantos  ejemplos como hay² o bien de los músicos; o si vamos al cine con las películas que nos han marcado o dejado una experiencia significativa, como en mi caso Cabaret ³ con la extraordinaria actuación de Liza Minnelli y el enorme significado de la película: el nazismo, la avaricia, el amor, la sexualidad; adelantada a su época, esboza estigmas que aún persisten en la sociedad. Excepcionalmente llegamos a concluir algo en un manuscrito, pero la lluvia de ideas, alcanza el polvo de estrellas de Carl Sagan.⁴

Y ¿qué es un médico que solo habla de ciencia, de salud y enfermedad y no tiene elementos para introyectar sentimientos y expresarlos con su paciente? Puede ser un buen técnico de la medicina, atinado en el diagnóstico, experto en la tecnología, erudito en las últimas publicaciones científicas, ser un excelente conferencista, pero, ¿y sus pacientes? ¿qué necesitan si no la compresión de todo su ser y más cuando se está ante enfermedades incurables o terminales?⁵

¿Cómo hacerles entender que la cultura los va a llevar a esa relación médico-paciente, humanista, verdadera, completa y en ocasiones, ellos, los pacientes nos darán otra visión de la existencia humana?

La cultura hará mucho más rica la docencia y por tanto la investigación, las preguntas sobre la ciencia y la existencia misma.

Wystan Hugh Auden, influente fundamental para grandes humanistas médicos de nuestros tiempos como Oliver Sacks, concluye en su libro: “Un cierto mundo-un libro de lugares comunes” (En A Certain World-A commonplace book) “un doctor como cualquiera que tiene que lidiar con seres humanos, cada uno de ellos único en esencia, no puede ser solo un científico; es como un cirujano, un artesano, o como un médico, un artista”⁵

Sin embargo, de esta idea original, nace también una revista para la interdisciplinariedad que nos vuelve aún más ambiciosos: para que la Revista Medicina y Cultura, sea leída, aprobada, esperada por todas y todos aquellos interesados, incluimos en este primer número, el cerebro musical, una entrevista bellísima: la experiencia musical, la biografía de un gran cirujano británico Joseph Lister, se habla también de voluntad anticipada, de la Bioética, de mujeres entrelazadas, por mencionar algo del contenido; está excelentemente editada e ilustrada, con el trabajo exhaustivo de los editores: Alberto Lifshitz, Ana Laura Márquez, Lilia Arévalo, el Consejo Editorial, el Comité Editorial, los autores y la ayuda generosa que la Universidad Nacional siempre nos brinda.

Sirva este mensaje para darle la bienvenida a todas y todos aquellos que deseen colaborar con la Revista Medicina y Cultura.

“Por mi raza hablará el espíritu”

Teresita Corona