El libro Introducción a la bioética desde una perspectiva filosófica, de la filósofa mexicana Paulina Rivero Weber, permite conocer una visión ampliada de la bioética que, además de problematizar diversos dilemas éticos del área médica, va más allá de ese territorio para adentrarse en la complejidad de las relaciones del ser humano con la vida en su conjunto.
En este texto, Rivero Weber continúa con una reflexión que ya había comenzado a delinear en un breve artículo titulado “Apología de la inmoralidad”, en el que desarrolla la necesidad de distinguir entre ética y moral, no únicamente como una cuestión de corrección lingüística, sino con sus respectivas precauciones de cara a las consecuencias que puede tener la confusión de ambos conceptos en el ámbito de la práctica e investigación científica. Por un lado, la moral está articulada por el conjunto de normas configuradas culturalmente, reproducidas por herencia y costumbre; la ética, en cambio, entra en el ámbito de la filosofía, no porque su ejercicio sea exclusivo de filósofos sino porque supone la necesidad de tomar distancia de todas aquellas concepciones que se han heredado, de modo que esta toma de distancia crítica implica adoptar otro camino en las acciones, aunque esto pueda resultar en un conflicto con la estructura moral vigente.
En Introducción a la bioética, Rivero indaga en este problema, pero en el ámbito de las relaciones entre seres humanos y todos los seres vivientes. A juicio de la autora, muchos textos que dicen ser de bioética en realidad se mantienen en el ámbito de la moral, primordialmente porque suponen una estructura de reglas de conducta previamente establecidas; de tal manera que queda poco espacio para los dos ejercicios antes mencionados, a saber, la toma de distancia crítica y, por otro lado, la posibilidad de proponer otra manera de actuar ante los dilemas.
De manera afortunada, Rivero mantiene esta reflexión sobre la vida en el campo de la filosofía, pero esto no debe entenderse como un regodeo en tecnicismos oscuros y de difícil comprensión, por el contrario, el libro cumple la promesa de introducir a los lectores en la complejidad de pensar nuestra relación con la vida desde la filosofía, pero con un lenguaje claro que, sin restar rigor, permite aproximarse al universo de autores filosóficos, recuperados en el texto, y también a su pertinencia bioética.
El ejercicio de la filosofía en este texto está centrado fundamentalmente en el reconocimiento de la bioética como una ciencia de frontera, enfocada en la necesidad de mantener a la vista el hecho de que no hay una visión dominante y definitiva sobre esta rama del conocimiento, sino que este saber depende de una base permanentemente dialógica. En palabras de Rivero: “La filosofía no es un área del saber; más bien es una forma de ver las cosas y por eso se puede filosofar sobre cualquiera de estas.” (Rivero, 2021, pp. 22-23)
En este sentido, una de las características que distinguen el texto de Rivero es la manera en que profundiza en la aparentemente sutil distinción entre pensar las ciencias de la vida y pensar la vida en su conjunto, ya que esto le permite proponer una noción amplia de bioética que incluye las preocupaciones de Van Rensselaer Potter respecto a esta disciplina, entendida como un constructor de puentes entre las ciencias y las humanidades, pero se acerca al gesto de Fritz Jahr en 1927, en el que la bioética debía ocuparse del posicionamiento ético de los seres humanos ante la vida en su conjunto, humana y no humana; más aún, para este filósofo y pastor alemán [la bioética no era una propiedad exclusiva del ámbito intelectual europeo de su época, se podían encontrar antecedentes en otras culturas, lo que nos permite comprender que las preguntas y preocupaciones de la bioética no se circunscriben a la época actual y que la base de la dialogicidad bioética está en su vuelta a la alteridad en el sentido más amplio. Debido a esto, en el libro de Introducción a la bioética se puede ver cómo la autora no solamente teje su pensamiento desde la filosofía occidental, sino que también hay una influencia profunda del taoísmo.
El pensamiento de la alteridad que se despliega en las páginas del libro permite comprender una reflexión compleja sobre la vida y los criterios históricos para su valoración, los cuales no son únicamente científicos sino éticos y políticos. Para la autora, una perspectiva ampliada de la bioética permite una reflexión crítica sobre las condiciones en las que se cualifica la vida y es valorada, ya que la importancia que concedió occidente a la racionalidad supuso precisamente que la vida cualificada y digna de consideraciones éticas fuera la vida racional y, por lo tanto, exclusivamente humana. Debido a esto, hablar de humanismo en los albores de la modernidad tiene la tendencia a privilegiar el lugar del ser humano sobre el resto de los seres vivientes, además de separar su existencia de la vida animal. La perspectiva crítica que expone Rivero en su libro, al no limitarse únicamente a la ética aplicada al campo de la salud, abre la posibilidad de articular un pensamiento sobre nuestra relación con los seres vivos, dentro y fuera del territorio humano, y sus implicaciones tanto filosóficas como políticas, científicas y éticas.
La reflexión de la autora respecto a la emergencia del humanismo en la modernidad, la lleva a pensar no solamente en el problema del antropocentrismo, sino también la manera de entender la racionalidad en occidente, esto nos deja entrever sus raíces nietzscheanas, ya que una reflexión filosófica respecto a la bioética supone una crítica a la manera en la que los seres humanos han pensado la vida. La modernidad cartesiana, al privilegiar un concepto de verdad que tuviera como base una profunda desconfianza a las impresiones de los sentidos, sometió al tribunal de la razón la manera en la que los seres humanos se relacionaban con la naturaleza circundante, pero también con su naturaleza corpórea. Para la filósofa mexicana, la bioética exige un profundo desplazamiento en la manera en la que entendemos la racionalidad occidental, en la medida que hay una necesidad ética y política de incluir y complejizar la realidad corpórea y la sensibilidad como parte de una racionalidad vital. Es por esta razón que para Rivero, la bioética no solamente es un conjunto teórico, sino también un proyecto de reeducación profunda de la sensibilidad. La racionalidad vital, delineada en el libro, abre una relación diferente con la alteridad humana y no humana que permite repensar las fronteras con las que la narrativa tradicional de occidente ha separado lo humano y lo animal.
Finalmente, el texto se enfoca en repensar los temas urgentes de la bioética desde la mirada filosófica mostrando, además de su complejidad, la manera en la que dicha mirada aborda problemas concretos. Entre esos temas puede encontrarse un análisis sobre la diferencia entre violencia y agresividad, así como una reflexión sobre las relaciones éticas entre seres humanos y animales que pone las bases de una crítica al especismo y al cambio climático como resultado de una larga trayectoria en el pensamiento occidental que se sostuvo en la reducción instrumental de la relación entre los seres humanos y la naturaleza.
Es de resaltar la manera en que la autora aborda dilemas como la eutanasia, la interrupción voluntaria del embarazo, la senectud y la discapacidad de una manera lúcida y desprejuiciada, dando oportunidad al lector de mirar estos problemas desde su respectiva complejidad. En cada uno de estos temas, la autora regresa constantemente a la necesidad de mantener la perspectiva bioética con un carácter laico, lo que no necesariamente supone una postura atea.
El carácter laico que atraviesa el pensamiento crítico del texto no pretende clausurar la libertad religiosa, sino más bien mantener la perspectiva bioética como un ejercicio dialógico y, por lo tanto, antidogmático. Para Rivero, el problema no es profesar alguna fe religiosa, sino la tendencia a sostener principios morales desde una estructura que se presupone inamovible, lo que, además de clausurar toda posibilidad de diálogo y tejer acuerdos, obstaculiza toda tentativa de movilizar las formas de abordar estos dilemas. Poner en duda cualquier sistema de creencias profundamente arraigado no es fácil de ninguna manera, pero se vuelve una necesidad imperiosa al momento de tomar decisiones ante estos problemas bioéticos. Afortunadamente, el lector encontrará en Introducción a la bioética desde una perspectiva filosófica, de la filósofa mexicana Paulina Rivero Weber, una serie de coordenadas que le permitirán dar forma a su propia postura ante la bioética.
Correspondencia: jonathan.caudillo@cenart.gob.mx OCRID: 0000-0002-7003-7904
Sugerencia de Citación:
Caudillo-Lozano J. (2023), Paulina Rivero Weber y su mirada filosófica en torno a la bioética, Medicina y Cultura, Vol. 1 No. 1, mc23a-10. https://doi.org/10.22201/fm.medicinaycultura.2023.1.1.10
Jonathan Caudillo Lozano
Es licenciado en Filosofía, maestro en saberes sobre subjetividad y violencia por parte del Colegio de Saberes y doctor en filosofía en la Universidad Iberoamericana. Realiza investigación sobre temas centrados en la relación entre el cuerpo, la carne y la animalidad en la filosofía y las artes escénicas, principalmente en la danza butoh; realizó estancias de investigación en los Hijikata’s archive de la Universidad de Keio y es miembro fundador del Ko Murobushi’s Archive en Tokio, Japón.
Becario del Programa de Becas Posdoctorales en la UNAM, Programa Universitario de Bioética (PUB). Proyecto de investigación de estancia posdoctoral en Programa Universitario de Bioética: Bio-quinismo, una perspectiva sobre lo animal desde el vitalismo y la bioética.
Asesorado por el Dr. Ángel Alonso Salas.
Referencia:
Rivero Weber, P. (2021). Introducción a la bioética desde una perspectiva filosófica, México: Fondo de Cultura Económica.